El precio de las divisas ya no sigue ninguna regla racional: mientras tanto, el poder de compra del dólar también ha disminuido. Cualquier persona que pudo obtener hasta $ 50 al mes hace un año ahora necesita el doble.
En el pasado, la clase media era la que más sufría por la devaluación monetaria. Hoy, el gobierno distribuye paquetes de alimentos una vez al mes en los barrios marginales. Sin embargo, también se están volviendo cada vez más dispersos: “El contenido dura como máximo durante una semana”, dice la ama de casa Rosana Yendiz. “No hemos conseguido carne, pollo o pescado durante meses”.
El último paquete contenía seis kilos de lentejas, un kilo de frijoles, un kilo de harina de maíz, dos paquetes de arroz y una lata de leche en polvo. “Vino de Turquía y era incomible”, dice Yendiz.
Ella vive en un bloque de Urbanización Simón Rodríguez, un barrio de la clase media baja. Sus dos hijos huyeron al extranjero para escapar de su miseria. Recientemente en protesta contra el régimen de Nicolás Maduro, Yendiz había sacudido sus ollas haciendo cacerolazo en la noche junto con algunos de sus vecinos.
A la mañana siguiente, el cuidador estaba en la puerta, un partidario del gobierno. Anunció que Yendiz ya no recibiría paquetes de alimentos en el futuro. Ella dijo: “Si hablas mal de Maduro, vas a estar en peligro”, dice Yendiz.
Pero la mujer resuelta no fue intimidada. “Muchos de los que están aquí en la casa tienen hambre, nuestra paciencia está agotada”, dice. “Solo sobrevivo porque mis hijos me mandan algo de dinero”. Hace unos días, participó por primera vez en una manifestación del presidente interino Juan Guaidó.
Todas las esperanzas están dirigidas al joven político carismático, a quien casi nadie conocía hace dos meses. Pero antes de que mejore, los venezolanos torturados pueden sufrir aún más. Debido a que Maduro no quiere ceder, Estados Unidos ha extendido sus sanciones económicas.
Hasta ahora, las sanciones se han dirigido solo contra representantes individuales del régimen. Ahora el gobierno de Washington se ha dirigido a todo el sector petrolero. “Si no se produce rápidamente un cambio de poder, la población civil se verá afectada”, teme el experto económico Sari Levy.